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La amistad si caduca

¡Hola! 

Tenía muchas ganas de volver por aquí, no había podido hacerlo porque han pasado varias cosas en mi vida (afortunadamente buenas) que de cierta manera "me lo impedían" pero ese es otro tema del que les voy a contar largo y tendido en la próxima entrada. 

El tema que hoy compete y me ha traído por aquí es:  la amistad, creo que un par de años atrás ya había escrito sobre esto o algún tema sobre los amigos, sin embargo, hoy el tema va por el lado de: ¿Qué pasa cuando las amistades se terminan? ¿Existe tal cosa como la caducidad en la amistad? 

Pues bueno, si a la Angie de hace unos años (la adolescente y la veinteañera) le hubieran planteado estas dos preguntas habría respondido con un tajante: claro que la amistad no caduca, los buenos amigos son para siempre y la amistad sincera puede con todo. (cosa con la cual no discrepo del todo).

Confiaba ciegamente en esta premisa o creencia, en que los pocos amigos que tenía en la historia de mi vida serían para siempre. Recuerdo que en múltiples ocasiones me callé cosas que quería decir, opiniones, gustos que quería expresar e incluso situaciones que me lastimaron por "no perder" a esas amistades, si, muchas veces bajé la cabeza por ese miedo absurdo de quedarme sola y no tener nadie a mi lado con quien compartir. Defendía a capa y espada a ciertas personas que disfrazaban o justificaban con la amistad, sus faltas de respeto o actitudes mezquinas, llegué a perdonar cosas fuertes solo por creer que la amistad era más fuerte, que uno no deja ir a los amigos así como así, también porque muchas veces uno cree en que el perdón es para uno mismo, para vivir en paz.

Y si, puede que así lo sea, que cuando uno decide perdonar y seguir adelante, lo hagamos más por no cargar con el lastre o el dolor que nos ocasionaron, que ¿porque realmente queramos hacerlo? me queda más que claro que el perdón es una decisión y que derivado de la misma pueden derivarse muchos escenarios. 

En fin, todo este contexto es para llegar al punto en que hoy por hoy, la Angie casi cuarentona (ja ja ja) ha logrado aprender un par de lecciones, mismas que quizás son las que me están permitiendo escribir esto, esta misma Angie hace un par de meses tomó la decisión de alejarse de una amistad que "caduco" que ya no era sana ni recíproca, si me lo permiten dos cosas muy importantes para continuar con cualquier vínculo en nuestra vida. 

Tomar esta decisión no fue fácil, me atrevo a decir que como todo lo que se termina, se pasa por el proceso de duelo, solo que esta vez y para sorpresa (incluso de mi misma) no lloré, como tantas veces lo hice en el pasado, si con esa amistad. Sin embargo, tuve una digamos "revelación" en la que me llegaron de golpe, todas las situaciones por las que habíamos pasado, todo lo que creí haber perdonado ya que según yo no había hecho mella en mí y que siempre fue más importante la amistad que todo lo que había pasado, de repente fue como si dejara de engañarme a mí misma, como si la vida me dijera: No es cierto, no perdonaste, te lastimó muchísimo y lo dejaste pasar y la más importante: Esa no es una amistad verdadera. Así que si, me agarré de valor y tomé una de las decisiones más importantes de mi vida, irme, sin dramas, sin más reclamos innecesarios y completamente segura de que ya no quería estar en ese lugar donde me sentía más angustiada que feliz, más preocupada por ajustar mi vida a la de esa persona que por esperar que también se tuviera empatía por mi. 

¿Saben qué fue lo que reafirmó mi decisión y me dio la seguridad de que por fin era el fin/cierre de esto? El que ni siquiera tuvo la intención de buscarme en persona para "resolver las cosas", para tratar una vez más de aclarar si fue o no un malentendido, pase de ser "la víctima" (que no fue exactamente el caso) a ser la victimaria, la mala del cuento. Y si, quizá este es mi ego hablando porque dirán: ¿Tú por qué no hiciste nada? Mi respuesta sería que me di cuenta que siempre fui yo la que se tragaba todo, bajaba la cabeza y ponía la cara para arreglar las situaciones, en esta ocasión me cansé, ese fue mi "despertar". Analizándolo quizá ella pensó lo mismo, también ella se cansó, lo cual es justo y está bien, uno siempre debe de procurar su bienestar a toda costa. (ya saben aprendizajes que solo da la edad ja ja ja). 

Así pues después de toda esta historia y como conclusión, hay amistades que pueden (y deben en muchos casos) terminar, eso no está mal, solo que en muchas ocasiones nos cuesta hacerlo porque aún creemos en la bondad de las personas, aunque muchas sean lobos disfrazados de ovejas, creemos que podemos salvar situaciones y por eso preferimos aguantar cosas que nos hacen daño y no nos hacen felices. He entendido que "No le debo nada, a quien no me aporte nada" y que nunca es tarde para encontrar a esa tribu, esa que nos va a llenar de momentos, complementando nuestra vida para bien. 

Por supuesto que a pesar de todo, agradezco todos los buenos momentos que tuve con esa amistad (que no fueron pocos), que de una u otra manera contribuyeron a que hoy sea quien soy, que me enseñó en muchas ocasiones de mi resiliencia, de mi fuerza e incluso de mi recién descubierta capacidad para dejar ir aquello que ya no es bueno para mi. 

Hace muy poco, alguien compartió conmigo una frase que me resonó y creo va a doc hoy: "Tengo la certeza de que el camino que tomemos hoy, no significa el perdernos el día de mañana" la vida es tan incierta como impermanente, uno nunca sabe los caminos por los que nos llevará. 

Les dejo un fuerte abrazo y me agradecimiento para aquellos que se tomen el tiempo de leerme. 


Angie 🖤 

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